4/02/2017 hora entrada: 13:30h hora salida 16:50

Casi un año después, nunca es tarde si la dicha es buena… A principios de febrero de 2017, tuvimos la oportunidad de comer en el Tickets, como regalo de cumpleaños (¡gracias Rober y Óscar!). Visitar estos restaurantes es siempre un placer para los sentidos, no sólo el gusto, sino también la vista, el olfato y el tacto, en cuanto a las diferentes texturas que vas descubriendo plato a plato. Resulta un juego de lo más estimulante tratar de adivinar los sabores que conforman cada presentación. También a destacar la cuidada selección del personal que te atiende en todo momento, aún cuando la anécdota fue que la chica que teníamos asignada empezaba ese día y hubo un pequeño accidente con el niguiri… 😉 ¡Sin más! Trato excelente.

¿Cerveza artesana? 

Pues quedamos sorprendidos, y no precisamente gratamente. Cuando vas a comer a un restaurante de nivel, con estrella Michelín, esperas que la bebida esté al mismo nivel que la exquisita comida que vas a degustar. Entendemos que un restaurante de esta categoría debería cuidar al máximo tanto la oferta culinaria como las bebidas con las que se acompañará. Y cuando nos ofrecieron la carta de bebidas, solo encontramos una cerveza industrial, ¡no os podéis imaginar qué desilusión! Eso sí, la carta de vinos y cavas sí que estaba muy cuidada. Ya os podéis imaginar la razón por la cual no contaban con cerveza artesana en el menú. Un acuerdo comercial de exclusividad con esa marca de cerveza les impedía ofrecer ninguna otra cerveza.

Y nosotros nos preguntamos, ¿un restaurante con estrella Michelín debe subyugarse a los mandatos de una marca de cerveza industrial? ¿No creéis que va en detrimento de la imagen y la credibilidad de este tipo de restaurantes? ¿Tanto dinero pagan estas empresas para conseguir que un restaurante de este tipo pase por el aro?

Cada uno que extraiga sus propias conclusiones.

¡Salud! 

ENGLISH VERSION

Almost one year after, better late than never… At the beginning of February we had the opportunity to eat at Tickets, as a birthday present (thanks Rober and Óscar!). Visiting these restaurants is always a pleasure for the senses, not only taste, but also sight, smell and touch, in terms of the different textures that you discover dish by dish. It is a very stimulating game to try to guess the flavors that make up each presentation. We would also like to highlight the careful selection of the staff that attends you at all time, even when the anecdote was that the girl we had assigned began that day and there was a small accident with the niguiri … 😉 Nevermind! Excellent treatment.

Craft beer?

Well, we were surprised, and not exactly pleasantly. When you go to eat at a restaurant with a Michelin star, you expect the drink to be at the same level as the exquisite food you are going to taste. We understand that a restaurant in this category should take maximum care of both the culinary offer and the drinks with which it will be accompanied. But when they offered us the drink menu, we only found an industrial beer. You can not imagine our disappointment! Of course, the wine and champagne/cava menu itself was very careful. You can already imagine the reason why they did not have craft beer on the menu. An exclusive commercial agreement with that beer brand prevented them from offering any other beer.

And we ask ourselves, does a restaurant with a Michelin star have to subjugate the mandates of an industrial beer brand? Do not you think that it is detrimental to the image and credibility of this type of restaurants? How much money do these companies pay to get a restaurant of this type to jump through hoops?

Everyone can inferred its own conclusions.

Cheers!